El presidente Donald Trump acaba de firmar una nueva orden ejecutiva que marca un cambio significativo en la política exterior de Estados Unidos.
Esta orden establece la retirada del país – por segunda vez en la historia – del Consejo de Derechos Humanos de la ONU (UNHRC) y una revisión de su membresía en la UNESCO. Además, se pone fin a la financiación de la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), aludiendo supuestas preocupaciones sobre infiltración por grupos terroristas y sesgos antiisraelíes.
De acuerdo con la Directora de Amnistía Internacional en el país: “El anuncio de que Estados Unidos se retira del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, cuando ni siquiera es miembro, no es más que el último movimiento del presidente Trump de demostrar al mundo su total y flagrante desprecio por los derechos humanos y la cooperación internacional, incluso aunque debilite los intereses de Estados Unidos”.
Se espera que el Secretario de Estado, Marco Rubio, realice una revisión de todas las organizaciones internacionales y tratados en los que participa Estados Unidos, evaluando su alineación con sus intereses nacionales. En el caso de UNESCO, la Orden Ejecutiva precisa que la revisión se realizará en un plazo de 90 días en coordinación con el Embajador de Estados Unidos ante la ONU e incluirá una evaluación sobre cómo y si la UNESCO apoya los intereses de los Estados Unidos. En particular, la revisión incluirá un análisis de cualquier manifestación de antisemitismo o sentimiento anti-Israel dentro de la organización (sic).
Esta decisión se sucede a las Ordenes Ejecutivas publicadas en los últimos días en las que se anunció la suspensión de la AOD, la salida de EUA de la Organización Mundial de la Salud y la evaluación de las actividades/posible eliminación de USAID. Refleja, sobre todo, una re-evaluación de los compromisos internacionales de EE. UU. y su enfoque hacia organismos que, según la administración del Presidente Trump, actúan en contra de sus intereses y los de sus aliados.
Los retos actuales requieren de más y no menos multilateralismo. Los Organismos e Instituciones internacionales multilaterales continuarán funcionando, con o sin Estados Unidos. Y la historia lo ha demostrado. Quizá la lección no aprendida de hace 8 años por parte del Presidente Trump es que para conformar las reglas y normas de los desafíos que enfrentamos a nivel global, y que afectan a todos los países sin excepción, incluido el respeto irrestricto de los derechos humanos, el derecho a la educación, el combate a la pobreza, el derecho a la cultura, el progreso científico, el cambio climático, entre otros tantos, requieren de un trabajo colectivo. Y para ello, es mucho mejor estar sentado en la mesa de negociación.